En apenas cuatro campañas en la NFL, no hay absolutamente nada que Patrick Mahomes no haya ganado. El año pasado conquistó su primer Super Bowl y, de paso, se quedó con los honores de Jugador Más Valioso del duelo por el campeonato. Ya tiene un MVP de campaña regular en sus vitrinas y su contrato de 500 millones de dólares lo tiene como el mejor pagado del deporte estadounidense.
Pero, como en todos los videojuegos, siempre hay un último jefe que derrotar, precisamente el quarterback que estará del otro lado del campo la tarde del domingo en Tampa Bay: Tom Brady. Un triunfo sobre Brady en el máximo escenario le daría a Mahomes la última gema del infinito y le daría validez a una carrera que no parece necesitarla.
Hijo de un pitcher que militó durante 11 campañas en Grandes Ligas, Mahomes parecía destinado a la grandeza desde que recorría las casetas de diferentes equipos desde su infancia. Ahí aprendió lo que se requiere para ser un deportista exitoso. En apenas cuatro campañas en la NFL ya opacó lo hecho por su padre en más de una década en los diamantes y, siendo justos, a muchos otros deportistas, independientemente de la disciplina.
La potencia de su brazo difícilmente tiene comparación, en esta o en cualquier época de la NFL. Después de ganar el Super Bowl la campaña anterior, declaró rotundamente que había mucho que mejorar. Y fue precisamente lo que hizo. En 2020 tuvo mejor porcentaje de pases completos, más yardas, pases de touchdown y un mejor índice de touchdowns-intercepciones. Sin mencionar, desde luego, que apenas perdió un inicio en la temporada.
Pero luego de apenas 46 partidos, Mahomes ha dejado en claro que puede tener éxito en la campaña regular. Si bien ya tiene un Super Bowl en su historia y ha remontado desventajas de al menos 9 puntos en cuatro de sus cinco triunfos en playoffs, aún tiene una cuenta pendiente: Vengar la única derrota que ha sufrido en postemporada.
Ese revés llegó en la Final de la AFC de 2018 cuando cayó 37-31 en tiempo extra ante unos Patriots comandados precisamente por Tom Brady. A pesar de que Mahomes brilló como de costumbre en ese encuentro con tres pases de touchdown, la derrota fue inevitable. Ahora tiene la oportunidad de cobrar venganza y darse la posibilidad de que su nombre se mencione a la par del de Brady.
A diferencia de los otros dos quarterbacks que han derrotado a Tom Brady en el Super Bowl –Eli Manning y Nick Foles– Mahomes tiene una verdadera oportunidad de suplantarlo como la estrella de la posición en el futuro predecible de la NFL. Después de todo, hace un par de semanas, Mahomes se convirtió en el cuarto pasador en llegar a dos Super Bowls en sus primeras cuatro campañas en la liga y el próximo domingo buscará ser el segundo en salir airoso en ambas ocasiones, uniéndose a... Brady.
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