Russell Wilson no quiere salir de los Seahawks... aún. Al menos no de manera oficial.
Y considerando la redacción en la extensión de contrato por cuatro años y 140 millones de dólares que firmó en abril de 2019, el quarterback tiene la última palabra.
La mañana del jueves The Athletic reportó un distanciamiento entre Wilson y los Seahawks debido a la falta de protección que ha recibido en sus nueve campañas en Seattle, en las que ha sido capturado 394 veces o, lo que es lo mismo, 43.7 veces por temporada. Además, el siete veces invitado al Pro Bowl cree que debe tener mayor peso en las decisiones del equipo, tanto en el campo como de personal, lo que desató todos los reportes de un divorcio inminente.
Sin embargo, horas más tarde el agente del quarterback, Mark Rodgers, dijo a ESPN que su cliente quiere permanecer en Seattle y que si llegara a considerarse un canje sólo hay cuatro destinos aceptables. El contrato de Wilson cuenta con una cláusula que prohíbe los cambios y Russell sólo estaría dispuesto anularla para ir a los Cowboys, Saints, Raiders o Bears.
Eso no significa que no podría haber un cambio. De acuerdo a múltiples versiones, la diferencia de opiniones entre jugador y equipo es real. ¿Irresoluble? Eso está por verse.
Sin embargo, el hecho de que Rodgers haya identificado públicamente a los equipos a los que Wilson estaría dispuesto a ser canjeado abre la posibilidad de que alguno de ellos les presente a los Seahawks una oferta imposible de rechazar. Coincidencia o no, los cuatro candidatos bien podrían estar en el mercado por un quarterback antes del inicio de la temporada.
Económicamente para Seattle, deshacerse de Wilson no tiene sentido. Enviarlo a otro equipo antes del 1 de junio dejaría 39 millones de dólares inutilizables en el tope salarial para la próxima temporada, lo que limitaría considerablemente su intento de reconstruir rápidamente en el primer año de la era post-Wilson. Deportivamente, un canje tiene incluso menos sentido. No hay muchos pasadores en la NFL que tengan la capacidad de Wilson para crear jugadas donde otros no las encuentran.
Sabiendo que son candidatos, la pregunta está en si Dallas, New Orleans, Las Vegas o Chicago levanta el teléfono para hacer una oferta que, sin duda, incluiría múltiples selecciones de primera ronda. Los Cowboys están en posibilidad de hacerlo, considerando que Dak Prescott es agente libre y viene de una horrenda lesión en el pie.
Saints continúa a la espera de que Drew Brees tome una decisión sobre su futuro y, considerando el arsenal que cuentan, tendrían una tersa transición detrás del centro para mantenerse como protagonistas en el futuro a corto y mediano plazo.
Chicago aún no tiene un quarterback titular en el roster, Mitch Trubisky es agente libre y Nick Foles demostró poco y nada en las oportunidades que tuvo. La llegada de Wilson significaría una transformación radical en la posición para el equipo, no solo respecto a la temporada pasada sino en un aspecto histórico para la franquicia.
En Las Vegas, los rumores sobre el futuro de Derek Carr son incesantes y las declaraciones de Rodgers no ayudan en lo más mínimo. La dupla de Wilson y el coach Jon Gruden es intrigante, por decir lo menos. Y la gerencia de Raiders ha demostrado en ocasiones anteriores que no tiene miedo de jalar el gatillo.
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