El día en que Matthew Stafford decida ponerle fin a su trayectoria en la NFL, sin problemas podría hacer una carrera como maniquí de pruebas de impacto. Digamos que ya está acostumbrado.
El ahora quarterback de los Rams terminó la temporada 2020 sin perderse un solo inicio. Eso, de ninguna manera, significa que haya estado saludable.
"Lo que quiero decir es que el año pasado fue malo", dijo Stafford al Detroit Free Press en sus primeras declaraciones desde que pidió —y se le concedió— un cambio para salir de los Lions. "Sufrí un desgarre parcial en el ligamento del pulgar derecho, me desgarré un ligamento en el codo izquierdo en la penúltima jugada del juego en Houston y que nadie supo... Fue por eso que comencé a utilizar una manga en el brazo izquierdo, debido a que tenía todo tipo de vendajes para mantener todo en su lugar.
"Me rompí el cartílago de la octava costilla en Green Bay. También me desgarré algo en la parte posterior de la rodilla izquierda. Y finalmente sufrí un esguince subtalar en el tobillo derecho", puntualizó.
La lista es más larga que una carta a Santa Claus de un niño de ocho años, y deja en evidencia muchas cosas. Ninguna es más notable que el compromiso de Stafford por salir cada domingo a partirse el alma en un equipo cuyas aspiraciones de protagonismo nunca fueron reales.
A pesar del mar de lesiones, Stafford inició los 16 partidos del calendario regular y finalizó con 4,084 yardas, 26 pases de touchdown y 10 intercepciones. La primera vez desde 2017 que rebasa las 4,000 yardas aéreas. La revelación del jueves y el evidentemente elevado umbral del dolor de Stafford también deja entrever la magnitud de la lesión en la espalda que sufrió en 2019 y lo limitó a apenas ocho partidos.
Ahora, apenas unos días después de cumplir 33 años, Stafford está por comenzar un camino que lo lleva por primera vez lejos de Detroit como quarterback profesional. Para los Rams, que cedieron a Jared Goff y tres selecciones colegiales, dos de ellas de primera ronda, es imperativo brindarle una mejor protección de la que le otorgaron los Lions durante 12 temporadas.
Stafford, por su parte, tendrá que demostrar que está sano desde el primer día, pues Los Ángeles pagó un alto precio por él con el único objetivo de competir de inmediato por un Super Bowl y con la firme creencia de que cuenta con todas las piezas en su lugar para hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario