Los Jets eran el equipo de Sam Darnold hasta que, de una forma u otra, dejó de serlo. Ahora es el turno de Zach Wilson de hacer lo que Darnold nunca pudo hacer con Nueva York. Dar resultados.
Y más vale que el egresado de BYU y segunda selección del pasado Draft lo haga rápido, pues los Jets han demostrado que están desesperados por encontrar a un quarterback que les de relevancia en la posición por primera vez desde... ¿Joe Namath?
Wilson llega con todas las credenciales para brindarle, por fin, algo de alegría a una afición que simplemente no está acostumbrada a las buenas noticias. El egresado de BYU es, de manera prácticamente unánime, el segundo mejor quarterback de la generación y, a la vista de muchos, el más preciso con el balón en las manos.
Wilson ha demostrado que tiene precisión, carácter, brazo y un montón de intangibles bajo el brazo para ser el nuevo nombre de moda en la "Gran Manzana". Pero también trae consigo varias interrogantes pues con los Jets no tendrá el privilegio de jugar detrás de una línea ofensiva impasable como en su época universitaria y, ciertamente, la competencia será mucho mayor a la que enfrentó en toda su carrera colegial.
El nuevo pasador de los Jets lanzó 33 pases de touchdown por apenas 3 intercepciones en su último año en BYU, y esa es precisamente una de sus fortalezas, no poner en riesgo el ovoide muy a menudo, algo que ni Darnold ni básicamente cualquier otro quarterback de Nueva York supieron hacer antes que él.
Existen algunas dudas sobre su salud, especialmente en el hombro, pero Wilson llega con el pedigree de haber roto los récords de Steve Young en BYU. Sin embargo, las comparaciones de los expertos no le hacen justicia, pues se ha mencionado a Jake Plummer o Tony Romo como el jugador al que podrían emular a nivel profesional.
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