Para muchos, Kyle Pitts es el mejor jugador, o al menos atleta, que este Draft tenía que ofrecer. Ahora, es solo para los Atlanta Falcons.
El extremadamente confiable tight end de los Gators de Florida, se convirtió el jueves en la cuarta selección global del Draft de la NFL al ser reclutado por unos Atlanta Falcons que acaban de sumar un miembro más a una ofensiva que simplemente podría convertirse en el mejor ataque de la liga tan solo con la presencia de Pitts en el emparrillado.
Pitts, quien acumuló 97 recepciones y 1,419 yardas con 17 touchdowns en sus últimas dos temporadas con los Gators, se suma a Julio Jones y Calvin Ridley en lo que fue el quinto mejor ataque aéreo de la NFL y al servicio de un ex ganador del MVP como Matt Ryan.
No es casualidad que Pitts sea el primer tight end seleccionado entre los cinco primeros en la historia del Draft, así como tampoco es casualidad que llegue a unos Falcons que saben una o dos cosas de lo que es tener a un ala cerrada de alcurnia, después de haber gozado de los servicios de Tony González durante cinco temporadas.
Pitts llega con credenciales de ser uno de los mejores al momento de correr sus rutas y manos simplemente espectaculares. A pesar de su corpulencia, tiene un excelente control del cuerpo y siempre sabe dónde está el balón, lo que le permite correr todo tipo de rutas y ante todo tipo de defensivos.
Entre sus carencias está la falta de velocidad y sus bloqueos deficientes, pero siendo sinceros nadie toma a un tight end con la cuarta selección del draft para que sea bloqueador.
Se le compara con Darren Waller, lo cual no es en lo absoluto una mala carrera que emular. Sin duda es una mejor carrera que la del último tight end que brilló en Florida antes de dar el salto a la NFL y cubrir su nombre de infamia.
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