Los Baltimore Ravens han intentado brindarle a Lamar Jackson toda la ayuda necesaria en la posición de receptor para llevar al equipo al siguiente nivel. Hasta ahora la misión ha fracasado y la noche del jueves hicieron un intento más, uno tal vez desesperado.
Con su primera selección de la primera ronda, la número 27 global, los Ravens tomaron a Rashod Bateman, un corpulento wide receiver de la Universidad de Minnesota que le brindará a Jackson un objetivo imposible de perder.
Después de invertir una selección de primera ronda en Marquise Brown en 2019, una tercera ronda en 2020 en Devin Duvernay y adquirir en la agencia libre a Sammy Watkins después de poncharse en sus ofertas a JuJu Smith-Schuster y T.Y. Hilton, Baltimore no quita el dedo del renglón en su afán por sacudirse el estigma de que no saben encontrar talento en la posición.
Desde 2010, Baltimore ha tenido apenas tres wide receivers con temporadas de 1,000 yardas –Torrey Smith (2013), Steve Smith (2014) y Mike Wallace (2016). Y hablamos de cosas insultantes y ofensivas.
Bateman es un corpulento receptor con manos sólidas, del tipo de jugador que es Michael Gallup con Dallas, aunque no tan explosivo y ciertamente no tan versátil.
Pero si se trata de versatilidad, los Ravens tal vez conectaron un cuadrangular con la selección 31 del Draft 2021, la que obtuvieron en el canje que envió a Orlando Brown a Kansas City.
Con la penúltima selección de la primera ronda, Baltimore tomó al linebacker de Penn State Jayson Oweh, un explosivo cazador de cabezas que destaca por su velocidad y atleticismo.
Oweh se perfila como un jugador base en la reconstrucción de una defensiva que ya cuenta con bastiones en Patrick Queen, Marlon Humphrey y que puede retomar sus épocas de gloria si Oweh resulta ser lo que se proyecta de un linebacker que corrió las 40 yardas en 4.3 segundos.
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