En lo que se refiere al Draft, los Chicago Bears tienen un largo historial de tomar al quarterback equivocado. Y en lo que se refiere a producción, Ohio State tiene un largo historial de fracasos a nivel NFL en la posición de quarterback.
De alguna manera, los astros se alinearon el jueves para que los Chicago Bears estuvieran en posición de cambiar cuatro selecciones, dos de este año y dos en 2022, a los Giants para subir a la 11ra selección y tomar a Justin Fields.
Después del fiasco que resultó Mitch Trubisky como segunda selección global hace cuatro años y de salir a comprar a Russell Wilson hace unos meses solo para regresar a casa con Andy Dalton, los Bears necesitaban una red de protección en la posición y el equipo cree que Fields puede dárselas este año y en el futuro previsible.
Fields llevó a los Buckeyes hasta el juego por el campeonato nacional con una proverbial actuación ante Clemson en la semifinal y terminó su carrera universitaria con 67 pases de touchdown por apenas 9 intercepciones, además de darle una nueva dimensión al ataque con sus piernas.
Algunos lo comparan con Dak Prescott y Chicago se habría sacado la lotería si Fields arroja resultados siquiera cercanos a lo que ha dado Prescott en su carrera en la NFL. Esas comparaciones se basan más en potencial y en estilo que en cualquier sustancia o sustento.
La realidad es que Fields es el segundo quarterback egresado de Ohio State tomado en la primera ronda en los últimos tres años, después de Dwayne Haskins ─15ta global en 2019. Algunos otros "destacados" Buckeyes que han llegado a la NFL son: Troy Smith, Terrelle Pryor y J.T. Barrett.
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