Cuando varios expertos y analistas especulaban la llegada de un receptor abierto al esquema ofensivo de los Packers, Brian Gutekunst y Matt LaFleur optaron por escalar en el orden y traer a Green Bay a quien visualizan como el nuevo heredero de Aaron Rodgers.
De acuerdo con Ian Rapoport, de NFL Network, la organización de Wisconsin estaba decidida en realizar el intercambio para llevarse a la tundra a Jordan Love.
Uno de los escenarios para hacerse de los servicios el ex mariscal de campo de Utah State era negociar con Seattle Seahwaks, cuya selección en el primera ronda llegó en el puesto 27.
Al final el acuerdo llegó con Miami Dolphins, cuyo pick era el 26, y a quienes no les molestaba perder cuatro sitios al final de la primera vuelta en la que ya habían seleccionado dos necesidades urgentes en el equipo.
La situación de Rodgers
La historia se repitió para Green Bay. En esta ocasión, a Aaron Rodgers le tocó estar del lado del desconcierto. El quarterback, de 36 años, llevó a los Packers de la mano de una defensiva que se mostró a la altura de la postemporada hasta el juego por el campeonato de la NFC, pero como ocurrió durante la fase regular del calendario el equipo sucumbió ante los 49ers.
Por el momento, a Rodgers le restan tres años de contrato en el Lambeau Field. El acuerdo negociado en agosto del año pasado por 134 millones de dólares le garantiza 79.2 millones. En él, tiene la cláusula de rescisión para salir en 2022 del equipo.
El pasador veterano terminó la temporada anterior con 4,002 yardas para 26 pases de anotación y solo cuatro intercepciones. En su carrera, Rodgers ha sido nombrado en dos ocasiones como el MVP, ha sido invitado en ocho ocasiones al Pro Bowl, dos veces nombrado All Pro y un anillo de Super Bowl.
Múltiples analistas señalan que Rodgers pasará la misma suerte que Brett Favre en su momento y no podrá terminar su carrera en Lambeau Field.
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