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Por Andrés Mercado
El final de la era de Marvin Lewis y el inicio de la de Zac Taylor como head coach de los Cincinnati Bengals ha continuado una de las etapas más oscuras de la franquicia. La temporada pasada obtuvieron su primera victoria hasta la semana 13 contra los Jets, lo que fue un infame récord de la franquicia.
Por si fuera poco, el QB Andy Dalton fue enviado a la banca a mitad de temporada y su sustituto Ryan Finley lo hizo aún peor y obligó a Taylor a regresar a la titularidad al primero después de tres juegos, sin mejoría alguna. Al final, fueron el peor equipo de la liga con un récord de 2-14 que los hizo acreedores a la primera selección global del Draft NFL 2020. Lo anterior, combinado con una historia de malas experiencias con sus pasadores (desde Boomer Esiason hasta Dalton), hacía lógico pensar que el puesto debía ser ocupado por una estrella colegial de impacto inmediato,
Joe Burrow cumplía con el perfil, y cumpliendo todas las expectativas, los Bengals seleccionaron al QB colegial sensación de LSU y campeón de la NCAA. ¿Qué representa su llegada para Cincinnati y su afición? ¿hay motivos para tener esperanza?
Reconstrucción con optimismo
Por ahora, el panorama parece más optimista con la llegada de Burrow y un cambio de actitud y métodos en el equipo de Ohio. El segundo año de Zac Taylor como HC ha traído una mayor actividad en la agencia libre que en años pasados no era común, y aparentemente en el Dratf se lograron cubrir necesidades obvias. Esto deja claro que los Bengals están en un proceso de reconstrucción.
Más allá de su espectacular campaña de campeonato en LSU, Burrow parece conjuntar todas aquellas características deseables en un quarterback, algo que ningún otro jugador había tenido en la franquicia en años. Con él por fin se tiene a un pasador certero, con buen movimiento en la bolsa, inteligencia y físico necesarios para explotar las fortalezas de su ofensiva. Además contará con playmakers como A.J. Green, Tyler Boyd y Joe Mixon, que si bien no son del top de la liga, han probado que pueden ganar partidos. La misión de Burrow será aprovechar el talento disponible desde que comience a jugar.
Aunado a ello, la mentalidad ganadora de la que el jugador hace gala en sus declaraciones aporta un sentimiento de esperanza para que logre ser un líder desde ahora, en el vestidor y en la cancha. Y fuera de la cancha parece encajar con la filosofía del equipo de Mike Brown, que suele buscar jugadores que mantengan bajo perfil y un comportamiento alejado de los problemas personales y legales.
La ciudad acoge a un nuevo héroe local
Por el momento, lograr un juego consistente y tener las agallas e inteligencia suficientes en partidos y momentos clave de los mismos parece bastar para llenar el ojo de los muchos aficionados que pedían la salida del "Rifle rojo" y que ven en Joe Burrow no solo un agente de cambio, sino un líder capaz de llevar al equipo a instancias de campeonato. Todo indica que la ciudad lo ha abrazado y lo considera desde ya su QB del futuro.
Por si fuera poco, Burrow es oriundo de Ohio, lo que le da un plus para ganarse los corazones de "la jungla". Para muestra, la venta de jerseys con su número 9 comenzó con entusiasmo, entrando al top-10 de ventas de la NFL en mayo:
La expectativa de ver jugar al nuevo QB también es alta y podría traducirse, en algún momento propicio, en mejores entradas como local. La temporada pasada fue desastrosa en ese sentido y el Paul Brown Stadium lució semivacío salvo algunos aficionados recurriendo a cubrir sus rostros con bolsas de estraza. Incluso al punto de que en redes sociales la afición llegó a llamar a un boicot hacia la organización para no acudir al estadio ni comprar artículos del equipo hasta que se mostrara una intención real de una franquicia competitiva. Burrow puede ser ese gran paso.
En suma, falta mucho para que Joe Burrow pueda confirmar su valor en el campo demostrar que no fue un one hit wonder colegial. Sin embargo, es innegable que el equipo vive una nueva etapa y que Burrow podría ser una pieza fundamental para que el papel de Cincinnati en la AFC North trascienda en pocos años y pase de aspirar, cuando mucho, a una rivalidad violenta con los Steelers y arrebatar un pase de Wild Card, a ser un equipo que en verdad contienda al Super Bowl.
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