A 100 días del inicio (al menos del programado) de la campaña 2020, la NFL todavía tiene muchas tareas por resolver, pero hay una que tiene especialmente preocupados a los dueños de los 32 equipos debido a su impacto económico.
En un mundo cuya "nueva normalidad" es el cambio constante que nos heredó la pandemia por el COVID-19, la NFL discute y analiza todas las posibilidades, no sólo para poder llevar a cabo sus 256 partidos, sino para tener público en los estadios.
Algunos equipos, como los Miami Dolphins y los New Orleans Saints, comenzaron a trabajar con la idea de que los estadios sólo podrán ser ocupados a un porcentaje de su capacidad.
"En este momento, hoy, estamos planeando tener fanáticos en el estadio", dijo Steve Ross, dueño de los Dolphins. "Pero creo que la NFL está observando y es muy flexible, de modo que podremos comenzar a tiempo y brindar ese entretenimiento que tanto necesitamos para todos en este país. Creo que lo único que todos extrañamos son nuestros deportes".
Si el COVID-19 obliga a la NFL a jugar a puerta cerrada, la liga podría perder hasta 5,500 millones de dólares, es decir 38% de sus ingresos totales, según un estimado de Forbes.
Si finalmente las condiciones lo permiten, entonces la afición podrá volver a los estadios, pero bajo condiciones nunca antes vistas.
Los Dolphins fueron la primera franquicia de la liga que reveló sus planes para poder tener fanáticos en el Hard Rock Stadium.
En todos los accesos al estadio habrá puntos de colores en el suelo para marcar la distancia social requerida durante la pandemia.
Todos los aficionados deberán portar cubrebocas y ordenar sus alimentos desde sus asientos, para después recogerlos en puntos específicos y así evitar filas.
La capacidad del Hard Rock Stadium es de 65,000 personas, pero, según esta propuesta, la asistencia máxima para un juego de los Dolphins será limitada a 15,000 fans.
"Saldríamos del estadio como se hace en las iglesias, donde cada fila sale una a la vez para que la gente no se retire al mismo tiempo", dijo Tom Garfinkel, CEO y presidente de los Dolphins.
El Mercedes-Benz Stadium, casa de los Atlanta Falcons, ya cuenta con sistemas sin manejo de efectivo, tanto para comidas y bebidas, como para mercancía oficial del equipo.
Varios equipos profesionales están en conversaciones con la empresa de análisis de movimiento "iinside", cuyo sistema SafeDistance utiliza rayo láser para mapear espacios y medir la densidad de multitudes, reportó esta semana The Associated Press.
En el KeyBank Center en Buffalo, New York, una compañía llamada WaitTime utiliza una aplicación para decirles a los fanáticos de los Sabres, de la NHL, qué tan largas son las filas en los baños y los lugares que venden comida.
"Tenemos una gran oportunidad para reescribir la nueva normalidad para el regreso de los deportes", dijo a AP el fundador de WaitTime, Zack Klima.
"La tecnología se implementará mucho más rápido debido al valor que tiene para la experiencia de los fanáticos y la salud pública", apuntó Jason Jennings, director de estrategia e integración digital para el grupo de deportes y entretenimiento que termina la construcción del nuevo estadio de los Raiders en Las Vegas.
Por supuesto, no todos están de acuerdo con la idea de llevar público a los estadios.
"Si jugamos un partido sin fanáticos en el estadio, podemos reducir el riesgo de transmisión que sabemos es facilitado por las multitudes", dijo Vivek Murthy, miembro de la junta directiva de la NCAA y del Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos.
"Si les hacemos pruebas a los jugadores regularmente y también les pedimos que sigan las reglas de distanciamiento social y limiten su contacto fuera de la comunidad, entonces podemos reducir los riesgos de un brote. Si jugamos nuestros partidos en comunidades que tienen medidas sanas de salud pública y baja prevalencia de infección, entonces se reducen aún más las posibilidades de un brote", agregó Murthy.
Con estos 100 días de ventaja, la NFL puede aprender de los aciertos y errores de otras ligas que ya preparan su regreso, como la NBA o la MLS, o su inicio con una campaña recortada, como la MLB.
Sin embargo, complacer a los fans podría tener un costo alto.
"Sospecho que habrá incidentes de transmisión desde el principio. Probablemente inicien en los sectores de grandes congregaciones, y no sólo en los deportes: iglesias, conciertos, una campaña electoral", dijo a USA Today Ronald Waldman, profesor de salud en la Universidad George Washington, que ha trabajado con la Organización Mundial de la Salud, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades y en la lucha contra las enfermedades infecciosas en las Naciones Unidas.
Pero es un riesgo que, aparentemente, la NFL está dispuesta a correr.
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