Cuando la visibilidad de la inequidad racial se trasladó de las calles a la National Football League, resurgió el debate sobre la importancia de que Colin Kaepernick se arrodillara durante el himno nacional antes de los partidos.
Para Drew Brees, eso significaba una falta de respeto. Su argumento fue que sus abuelos lucharon durante la Segunda Guerra Mundial para salvaguardar la libertad de su país. Para los que planearan arrodillarse durante el himno nacional este año, Brees señaló en una entrevista para Yahoo Finance: "Nunca estaré de acuerdo con que nadie le falte al respeto a la bandera de los Estados Unidos o a nuestro país".
Como era de esperarse, sus palabras no fueron bien recibidas, ni en la liga en general ni con sus compañeros de equipo.
Esta mañana, Brees rectificó: "Hice comentarios que fueron insensibles y estuvieron completamente fuera de lugar sobre los asuntos que enfrentamos en este momento como país. Carecieron de consciencia y de cualquier tipo de compasión o empatía".
"Estoy del lado de la comunidad negra en la lucha contra la injusticia racial sistémica y la brutalidad policiaca y apoyo la creación de un cambio político verdadero que haga la diferencia", fijó su postura.
Disculpa aceptada
Seguido de su mensaje, su compañero de equipo y objetivo de confianza Michael Thomas aceptó las disculpas.
"Uno de mis hermanos hizo una declaración pública ayer con la que estuve en desacuerdo. Se disculpó y lo acepto porque eso es lo que se nos ha enseñado a hacer como cristianos", escribió Thomas en su cuenta de Twitter, pero con ello no termina la situación ni se soluciona el problema: "¡Ahora de vuelta al movimiento! #GeorgeFloyd", agregó.
Kaepernick sostuvo al inicio de 2016 que no iba a pararse "durante el himno nacional y mostrar orgullo a una bandera que oprime a la gente negra y a la gente de color". La misma coyuntura social ha reivindicado el movimiento del mariscal de campo.
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