Todos le buscaban y él apareció. El nuevo Mesías. Tras la muerte de George Floyd, un hombre de raza negra, a manos de un policía blanco en Minneapolis el pasado lunes, Colin Kaepernick guardó silencio hasta el jueves. Pero activó su voz a través de las redes sociales con toda la fuerza que le da su papel de icono de la lucha contra el racismo. "Cuando ser cívicos nos lleva a la muerte, las revueltas son la única reacción lógica. Los llamados de paz caerán, y cuando lo hagan encontrarán oídos sordos, porque tu violencia ha traído esta resistencia. Tenemos el derecho a pelear", posteó el quaterback que hizo frente a Donald Trump.
Kaepernick fue defenestrado como jugador de la conservadora NFL cuando comenzó a arrodillarse ante el himno de Estados Unidos en 2016. "No voy a levantarme y a mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a la gente negra y a la gente de color", justificó entonces. Orgulloso, y consciente de las consecuencias. Como Tommie Smith y John Carlos con sus puños en alto del Black Power en México 1968 o Muhammad Ali, señalado por su apoyo a Malcom X (al que luego repudió) y a Martin Luther King.
De nada le valió a Kaepernick haber llevado a los San Francisco 49ers a la Super Bowl como mariscal de campo. De ser muy bueno pasó a ser ignorado por todas las franquicias de la NFL. Trump ganó las elecciones en 2016. Él se convirtió en agente libre en marzo de 2017... y ningún equipo le reclamó. Nike le convirtió en protagonista de una campaña ('Cree en algo incluso si eso te lleva a sacrificarlo todo') y él entró de lleno en la lucha por los derechos civiles.
Ahora, con la muerte de George Floyd asfixiado por la rodilla de un policía, Kaepernick (de madre blanca, padre negro y dado en adopción) se ha ofrecido a pagar los gastos de defensa de las personas detenidas en las protestas. A través de su fundación 'Know Your Rights Camps' ayudará a costear las minutas de los abogados: "Debemos proteger a nuestros combatientes por la libertad (...). Cuando se produce una injusticia en nuestra comunidad, estamos en nuestro derecho de abordarla por cualquier medio necesario".
LeBron James, el otro gran icono afroamericano, lanzó también al quaterback a la lucha, como mascarón de proa. Su imagen arrodillado fue utilizada por King James para condenar la muerte de Floyd. Y Kaepernick se levantó para volver a gritar.
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