DeAndre Hopkins difícilmente pasa desapercibido. Con sus palabras o su presencia, el receptor abierto de Arizona Cardinals sabe anunciarse.
En una plática en el Jalen & Jacoby Show, de ESPN, enfundado en un jersey negro con el número siete y la leyenda #ImWithKaep, Hopkins se dijo emocionado de trabajar con el quarterback de segundo año Kyler Murray, pues eso aumentará su producción.
Además, el receptor se dijo el mejor en su posición, por encima de sus amigos y compañeros de entrenamiento extraoficial, Julio Jones, quien terminó con la mayor de yardas recibidas en la década, y de Michael Thomas, que el año anterior impuso una nueva marca (153) de más pases atrapados en una temporada, por encima Marvin Harrison (149).
"Definitivamente creo que soy el mejor", dijo con toda confianza Hopkins. "Sé que soy el mejor. Mike es mi amigo. Amo a Michael [Thomas]… pero sabe cómo habrían resultado mis números si hubiese tenido a Drew Brees toda mi carera. Julio Jones sabe que si hubiera tenido a Matt Ryan toda mi carrera, sabe cómo habrían sido mis números. También es mi amigo. Entrené con Julio por igual".
"Esos muchachos definitivamente son afortunados de estar en una posición en la que toda su carrera han tenido a un quarterback de calidad Pro Bowl, con quien han pasado múltiples temporadas. Pero no me quejo. No tengo excusas. Hago mi trabajo", añadió.
Hopkins ha tenido tres entrenadores distintos durante su carrera. Gary Kubiak y Wade Phillips el primer año y a Bill O'Brien los pasados seis años. También ha tenido a varios mariscales de campo: Matt Schaub, Ryan Fitzpatrick, Brian Hoyer, Brock Osweiler y Deshaun Watson, el único de los cinco con quien pasó más de una temporada.
En sus últimos tres años alineado al extremo de Watson, Hopkins acumuló 315 recepciones, 4,115 yardas, 31 touchdowns, promediando un porcentaje de pases atrapados de 64.7%. En suma a los números, recibió tres invitaciones al Pro Bowl y al primer equipo All Pro.
Se visualiza mejor en Arizona
Su arribo a Arizona lo tiene emocionado, pues los Cardinals basan su ataque, bajo el mando de Kliff Kingsbury, en el pase. No tiene duda de que mejorará sus estadísticas, que de por sí ya eran sobresalientes.
"Oh, sí, absolutamente. Obviamente he jugado con muchos mariscales de campo y he tenido grandes números, estando en ofensivas donde el pase no es necesariamente lo primordial. Así que veo que aumentará mi rendimiento".
El año pasado, con Murray como novato detrás del centro, Kingsbury mandó 554 jugadas por la vía aérea, mientras que a sus corredores les dio el balón en 396 ocasiones.
"Tenemos grandes receptores como Larry Fitzgerald, Christian Kirk y muchos más, pero definitivamente me veo en una de mis campañas más productivas", concluyó.
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