Los Bills tienen una cosa clara al momento de negociar con Josh Allen: las conversaciones tomarán tiempo.
De acuerdo con AP, el gerente general Brandon Beane informó que si Buffalo no consigue extender al pasador previo a que arranque el calendario de juegos de pretemporada de la NFL, aplazará las negociaciones hasta la próxima temporada baja.
Asimismo, el ejecutivo indicó que la suspensión fue un acuerdo con Allen y agregó que no desean que las negociaciones distraigan a la organización de sus objetivos deportivos ─refrendar la corona de la AFC Este, el primero de ellos.
"Josh y yo estamos de acuerdo. No habrá conversaciones durante la campaña regular. En algún momento, pausaremos esto", mencionó.
Por su parte, Allen respaldó las declaraciones de Beane al asegurar que su prioridad en el training camp es trabajar en el emparrillado. "Sin importar si sucede o no, no cambiará la idea de ser el mejor compañero, el mejor líder que puedo ser para la organización. Mi mente está totalmente en el campo", desarrolló.
Paciencia en Orchard Park
La calma con la que los Bills han abordado la extensión de Allen es consecuencia de que aún tienen mucho tiempo para negociar. El egresado de Wyoming jugará en 2021 bajo el último año de su pacto de novato y en 2022 se embolsará 23 millones de dólares correspondientes a la cláusula de quinta temporada de su primer contrato profesional.
Incluso si Buffalo no pudiera amarrar a Allen en la próxima temporada baja, podría recurrir a la etiqueta de jugador franquicia en 2023. La desventaja de tomar esta ruta es que el quarterback ya rechazó sentirme cómodo con la posibilidad.
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