Cuando el Big Ten decidió suspender su temporada 2020 fue claro que Nebraska no estaba nada de acuerdo con la decisión, y al parecer piensan usar todas las instancias posibles para revertir la decisión.
Resulta que ocho jugadores de la universidad pusieron una demanda contra el Big Ten por la cancelación de la temporada. En la demanda, que fue puesta (convenientemente) en el condado de Lancaster, Nebraska, se alega que la decisión del Big Ten interfiere con las expectativas laborales de los demandantes y que representa una ruptura de contrato, por lo que piden que la decisión de suspender la temporada sea revertida.
Los jugadores dicen que el Consejo de Presidentes y Cancilleres del Big Ten no realizó una votación adecuada para la cancelación de la temporada 2020, violando las reglas de la conferencia que exigen que al menos el 60 por ciento del consejo apruebe una decisión. Otro punto que manejan los jugadores es que el Big Ten se basó en estudios que hacen referencia a efectos en la salud de pacientes "mucho más viejos" que los jugadores colegiales, y que además están en una condición física peor que la de ellos.
Otro punto bastante llamativo interesante es que los jugadores alegan que el ambiente del football colegial es mucho más seguro que cualquier otro ambiente que los jugadores pudieran vivir si no estuvieran jugando.
De inicio se ve como una pelea complicada, pero los jugadores de Nebraska realmente no tienen nada que perder, así que cuando menos vale la pena intentarlo.
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