Con 38 años de edad y luego de una compleja operación en el codo derecho, los días de Ben Roethlisberger parecían contados, al menos al nivel que había presumido en las primeras 15 campañas de su carrera.
No es para menos, en especial luego de que el veterano quarterback de los Steelers reveló el martes la complejidad de la lesión que lo ausentó 14 juegos el año pasado y nubló el panorama de Pittsburgh con signos de interrogación.
"No tiene un nombre real, no es una (operación) de Tommy John", dijo Roethlisberger en referencia al procedimiento común entre jugadores de baseball en el que se realiza un trasplante de ligamentos en el codo. "Existen cinco tendones flexores pegados al codo. Se me desprendieron tres de ellos del hueso".
Para muchos jugadores, particularmente a la edad de Roethlisberger y ya sin mucho que probar en la liga, habría significado el final. Para Roethlisberger, estuvo a punto de serlo, también. Pero simplemente su motor continúa encendido.
"Si hubiera sentido que estaba cerca del final, habría sido una decisión más difícil para mí la de volver", declaró. "Aún no siento que esté cerca. No digo que aún me queden otros 10 años, pero aún tengo buenos años para dar".
¿Qué tan buenos? Los suficientes para devolverle el protagonismo que perdió Pittsburgh el año pasado con una combinación de Mason Rudolph y Devlin Hodges en los controles que desplomó a los Steelers a la 31ra ofensiva aérea de la liga apenas un año después de ocupar el segundo lugar en esa misma categoría.
Pero eso no es lo que tiene a "Big Ben" de regreso en los emparrillados. Su motivación tiene nombre y forma.
"Aún quiero ganar Lombardis, y sí, lo dije en plural", dijo en sus primeras declaraciones a la prensa desde el campo de entrenamiento de Pittsburgh.
Es un objetivo codicioso, en particular con el ascenso de jóvenes figuras en la conferencia como Patrick Mahomes y Lamar Jackson, éste último dentro de la división. Pero con el regreso de Roethlisberger, considerando que retome su nivel de antaño, Pittsburgh podría no estar tan lejos.
La ofensiva que se ubicó en el puesto 27 en puntos en 2019 podría dar un giro de 180 grados ahora que "Big Ben" está detrás del centro para comandar a un ataque que se muestre al mismo nivel de una potente defensiva, la número 5 de la NFL y primera en robos de balón. El punto crucial, desde luego, es la salud.
"Me siento fuerte y saludable y joven, si es que uno se puede sentir joven a esta edad", declaró Roethlisberger, quien dijo que no había estado tan ligero en los últimos 13 o 14 años.
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