Un año y un día después de que Cardinals sorprendieron al mundo de la NFL al adquirir al que hoy por hoy es debatiblemente el mejor receptor de la NFL en DeAndre Hopkins, Arizona sumó una nueva arma en su ofensiva aérea al firmar al veterano A.J. Green en la agencia libre.
Green, de 32 años, llega al desierto con un contrato por una temporada y 8.5 millones de dólares, seis de ellos garantizados. Es una apuesta de bajo riesgo y mucho potencial para un equipo que busca su primer viaje a la postemporada desde 2015.
Luego de un dramático desplome con cinco derrotas en sus últimos siete juegos de 2020 que echaron por la borda un prometedor inicio de temporada, los Cardinals parecen haber entendido que el camino más sencillo hacia el éxito es facilitarle el trabajo a su quarterback franquicia. Y eso es precisamente lo que hicieron con la adquisición de Green.
Los números de Green han ido marcadamente a la baja en las últimas tres temporadas ─no jugó en todo 2019 por una lesión en el tobillo─ combinándose para apenas 93 recepciones, 1,217 yardas y ocho touchdowns entre 2018 y 2020. Pero no todo ha sido su culpa, además de los problemas de salud, Green era responsable de ser el blanco principal de los envíos de Andy Dalton, Jeff Driskel, Joe Burrow, Brandon Allen y Ryan Finley en ese lapso, una compañía lejos de lo que encontrará en Arizona con Kyler Murray.
Para los Cardinals tiene mucho sentido fichar a Green en un contrato por una temporada y a ese precio, con la esperanza de que alinearse al lado opuesto de Hopkins le reste presión y retome, aunque sea en parte, la forma que lo llevó a ser un invitado indiscutible al Pro Bowl en cada una de sus primeras siete temporadas en la NFL.
De igual forma, Arizona es el destino perfecto para un jugador con las características de Green. En sus primeras siete temporadas se convirtió en una de las armas profundas de elite en toda la NFL al promediar 79 recepciones, 1,173 yardas y ocho anotaciones por campaña. Un buen año en los Cardinals le daría la oportunidad de demostrar que sigue siendo un jugador productivo y le permitiría prolongar su carrera.
La llegada de Green a los Cardinals, además, funciona como una red de protección en lo que el veterano y futuro miembro del Salón de la Fama Larry Fitzgerald decide si prolonga un año más su carrera o se despide de los emparrillados. Contar con Hopkins, Green, Fitzgerald y Christian Kirk (48 recepciones, 621 yardas y 6 touchdowns) sería un lujo para un quarterback como Murray, cuya producción se fue en picada en la segunda mitad de la temporada pasada.
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