El futuro de Aaron Rodgers ha sido una interrogante constante desde hace tiempo, en parte por sus 37 años de edad y en parte por la incapacidad de los Packers para rodearlo de suficiente talento ofensivo ya sea en el Draft o en la agencia libre.
Pese a la incertidumbre, Rodgers continúa produciendo a un altísimo nivel. Viene de ganar su tercer premio de Jugador Más Valioso y ha llevado a Green Bay hasta la antesala del Super Bowl los últimos dos años. Eso debería parecer suficiente para que el equipo se comprometa con su quarterback más allá de la siguiente temporada.
Debería ser suficiente. No lo es.
Los Packers dejaron pasar la oportunidad de mostrar un compromiso a largo plazo la semana pasada al pagarle un bono de roster por 6.8 millones de dólares en lugar de restructurar el contrato de Rodgers y convertir parte de ese dinero a un bono de firma. Eso habría liberado dinero en el tope salarial para la próxima campaña y habría sumado un monto al "dinero muerto" en temporadas posteriores, lo que habría hecho más difícil desprenderse de Rodgers.
Pero no lo hicieron.
De acuerdo con un reporte de ESPN publicado el martes, múltiples fuentes creen que Rodgers quiere garantías de que será el quarterback de Green Bay más allá de la temporada 2021, y no sólo una solución temporal en la posición antes de cederle el puesto a Jordan Love ─selección de primera ronda en el Draft de 2020─ o a alguien más.
Para casi cualquier equipo, retener a Rodgers en el equipo el mayor tiempo posible y lo más satisfecho posible sería lo más lógico y la mayor de las prioridades, particularmente al no mostrar un evidente declive en su producción. Sin embargo, los Packers no han movido un solo dedo para que eso suceda. Lo que podría dar pie a una nueva ronda de especulaciones al finalizar la temporada pasada.
Que Green Bay no haya restructurado el contrato de Rodgers antes del plazo para el pago del bono de roster, no significa que no lo hará más adelante. El equipo y Rodgers aún pueden renegociar su pacto ─que expira en 2023─ para convertir parte de su salario base de 14.7 millones, en un bono de firma que sume cierta cantidad a "dinero muerto", el monto suficiente para que los Packers lo piensen dos veces antes de querer desprenderse de A-Rod al finalizar la temporada.
En caso de que no hubiera ningún cambio en el contrato, los Packers podrían designar a Rodgers como un corte posterior al 1 de junio y ahorrarse 25 millones para la temporada 2022, con 14.4 millones en "dinero muerto" ese año y apenas 2.9 millones en 2023, montos bastante manejables.
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