Hay equipos que salen al emparrillado con la esperanza de competir, hay otros que juegan con la ilusión de ganar y están los que tienen la obligación de levantar trofeos. Desde hace algún tiempo, los Kansas City Chiefs entran en esta última categoría.
Eso es lo que se ha llegado a esperar de los Chiefs desde que Patrick Mahomes está detrás del centro, llevando al equipo a una final de conferencia y dos Super Bowls en tres años como titular. Pero eso no es suficiente si no viene con joyería incluida. Pregúntenle a Travis Kelce.
En 2020, el perene All-Pro tuvo su mejor temporada como profesional al sumar 1,1416 yardas –en apenas 15 partidos–, acumuló 105 recepciones y sumó 11 touchdowns. Además, se convirtió en el primer tight end en la historia del deporte con al menos 1,000 yardas en cinco campañas consecutivas. Pero, para Kelce, esos números están vacíos.
"Esto lo aprendí de los Bulls (de Chicago) cuando ganaban todos sus campeonatos y tuvieron su momento. 'No importa si no tienes un anillo", declaró Kelce en una entrevista radiofónica. "Está cool tener todos esos logros, todos esos nombramientos, cuando estás sentado en el sofá viendo a los jóvenes ir detrás de tus récords. Pero en este momento, nada de eso tiene importancia alguna".
Para Kelce, los logros se cuentan en el número de diamantes de su próximo anillo de campeón. Y considerando que el año pasado no tuvo ni sortija ni diamantes, el vacío persiste.
"Para mí, el año pasado fue un fracaso, para ser sincero", añadió Kelce. "Eso es lo que siento de corazón, por el tipo de jugador que soy. Si no salgo y gano Super Bowls, la temporada no fue un éxito".
Kelce terminó el pasado Super Bowl con 10 recepciones para 133 yardas y fue, debatiblemente, el mejor jugador de los Chiefs en la paliza de 31-9 que recibieron a manos de los Bucs. Pero Kelce, usualmente de manos extremadamente seguras, dejó caer un par de envíos que pudieron terminar en puntos. Así que, si siente que es un fracaso, literalmente tuvo en sus manos la posibilidad de cambiar eso.
Sin embargo, la postura de Kelce es lo que todo entrenador y todo compañero de vestuario quiere escuchar de una de sus estrellas. Hambre, determinación y una sensación de insatisfacción por no terminar el trabajo. Para fortuna de Kelce y los Chiefs, Kansas City tendrá una oportunidad de cambiar eso la próxima temporada y varias más siempre que Mahomes esté sano y vestido de rojo.
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