Ryan Shazier es un jugador que encajaba perfectamente con los valores de los Steelers. Dentro del emparrillado fue un defensivo férreo e implicable; fuera del campo demostró tener una temple de acero. No obstante, su carrera ha llegado a su final.
A través de un video publicado en sus redes sociales, Shazier, de 28 años de edad, informó que debido a las secuelas sufridas por una lesión en la espina dorsal durante la campaña 2017 ha decidido retirarse.
"El futbol me dio todo lo que quise tener y más. Me enseñó a trabajar duro, la dedicación y el trabajo en equipo. Me llevó a la universidad y a la NFL. Gané dinero. Me dio una vida con la que casi toda la gente solo puede soñar. Estoy aquí para que la gente sepa cuánto amo al futbol. Lo agradecido que estoy por todo lo que me dio. Y estoy aquí para informar que oficialmente me retiro del deporte que tanto amo", elaboró el producto de Ohio State.
En diciembre de 2017, durante la visita de los Steelers al Paul Brown Stadium, Shazier sufrió una lesión en la columna tras un contacto con el casco. Dicha tacleada, a la postre, hizo que el defensivo perdiera la movilidad de las piernas, la cual pudo recuperar tras meses de terapia.
Por su parte, los Steelers siempre apoyaron a Shazier y durante un par de campañas le extendieron su contrato y apoyaron económicamente la rehablitación del exjugador. Apenas en marzo de este año lo colocaron en la reserva de lesionados/retirados.
Más retiros en la NFL
Pero Shazier no fue el único jugador que colgó los botines este miércoles. El cornerback Aqib Talib anunció que no regresará más a la NFL. La decisión de Talib se da tras pasar el último año con Rams y Dolphins. Además, los Patriots realizaron ofertas en recientes días al defensivo de 34 años, en la cual tendría la responsabilidad de cubrir a tight ends rivales, pero con la presencia de alas cerradas como George Kittle, Travis Kelce o Darren Waller, declinó la posibilidad.
"Una vez que los pensamientos negativos cruzaron mi mente, pensé, mi corazón, mi competitividad no están ahí más. Con 34 años, pierdes el paso y no te mueves de la misma manera en la que solías hacerlo. No me estaba sintiendo bien, honestamente", aseveró.
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