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jueves, 10 de septiembre de 2020

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Especial AS NFL: año I sin el matrimonio Brady-Patriots
Sep 10th 2020, 05:08, by Jaime Dávila

Todo listo para el pistoletazo de salida de la NFL. Comenzará tras superar un periodo de dudas, en el que la situación de la pandemia en Estados Unidos hacía peligrar su realización. A los jugadores se les dio la posibilidad de decidir si quieren jugar este año o no, y la respuesta fue mayoritaria: habrá NFL.

En este 2020, el fútbol americano estadounidense mirará en especial hacia una ciudad en concreto, Tampa, y su estadio, el Raymond James Stadium. Ahí se disputará la Super Bowl LV, para la que son varios los equipos que aspiran a ganarla. Pero ese no es todo el atractivo que se genera en Tampa. Por primera vez en 20 años en la liga, Tom Brady, ganador de seis anillos y mejor jugador de la historia, no defenderá los colores de los New England Patriots. A sus 43 años, el quarterback sorprendió a toda la NFL cambiando de aires, algo que nunca había hecho en su carrera. Jugará en los Tampa Bay Buccaneers, un equipo que ha pasado de marchar sin rumbo a ser la casa de Brady, quien ha conseguido llevarse con él a su escudero Rob Gronkowski, pese a que este último llevaba un año retirado.

Pero no todo lo que hay por ver en esta emocionante temporada 2020 está en Brady y sus Bucs. Los Kansas City Chiefs llegan lanzados a por su segundo Trofeo Lombardi consecutivo, liderados por la estrella Patrick Mahomes. Varios son los equipos que intentarán impedirlo en un año que promete, como de costumbre, estar lleno de acción, lucha y grandes momentos. Pónganse cómodos, prepárense para pegarse al sofá durante los domingos. Arranca el mayor espectáculo deportivo, arranca la NFL.

LA DINÁMICA DEL JUEGO

El futbol americano (football) es un deporte que se juega en un campo de 100 yardas (91,44 metros) entre dos equipos, cada uno con 53 jugadores en su plantilla y 11 en el campo, que usarán en la ofensiva, defensiva y equipos especiales. El objetivo del juego es mover el balón hasta la zona final del oponente para anotar un touchdown, que equivale a 6 puntos. Después de una anotación, el equipo en cuestión puede sumar un punto extra a través de una patada, o dos puntos en una jugada convencional.

La secuencia de jugadas atacando se llama 'downs'. Cada equipo tiene cuatro downs para recorrer 10 yardas y convertir un "primero y diez", lo cual le da otros cuatro downs para seguir avanzando. Para recorrer esas yardas, la ofensiva puede llevar el balón por tierra con sus corredores (running backs) o atacar por la vía aérea, y para ello el quarterback lanza el balón ovalado a sus wide receivers o receptores. Los defensores deben placar al jugador que lleva al balón para evitar que avance más yardas.

Si después de tres downs no se consigue el primero y 10, el equipo ofensivo tiene la opción de hacer una patada de despeje (punt) para que el equipo que atacaba pase a defender, y viceversa. Otra opción es patear a palos (field goal), en el que el balón debe pasar por en medio de los postes para sumar tres puntos. Los horarios de los partidos son, semana tras semana, los mismos: el jueves (Thursday Night Football) en la madrugada española hay un partido; el grueso de la jornada se juega el domingo en dos franjas (19:00 y 22:00-22:30 en España); un partido en la madrugada del domingo (Sunday Night Football); y por último, la jornada se cierra en la madrugada del lunes (Monday Night Football) con un partido más. Estos encuentros nocturnos se destacan de los demás porque suelen ser los más atractivos de la jornada. En España, Movistar se encarga de retransmitir cinco partidos en directo cada semana.

Se juegan cuatro cuartos de 15 minutos cada uno, y el equipo con más puntos gana el partido. En la National Football League (NFL) hay 32 equipos, que conforman dos conferencias: American Football Conference (AFC) y National Football Conference (NFC), cada una a su vez con cuatro Divisiones: Este, Norte, Sur y Oeste. Después de 17 semanas de temporada regular, un total de 14 equipos (7 por Conferencia) clasifican a Playoffs, donde se eliminan a un solo partido hasta llegar a la gran final, llamada Super Bowl. El 7 de febrero, en el Raymond James Stadium, de Tampa, Florida, se llevará a cabo la edición 55; por tradición siempre se usan números romanos, así que será la Super Bowl LV. De hecho, este será el primer año en el que se clasifiquen 14 equipos para la postemporada. Hasta el año pasado eran 12.

LAS POSICIONES

Ataque

Quarterback: Toca el balón en todas las jugadas ofensivas. Su trabajo es comandar al ataque y llevarlo hasta la zona de anotación del rival. Puede lanzar el balón, entregárselo al corredor, o correr él mismo con el ovoide. Recibe las jugadas directamente de un head coach o coordinador ofensivo a través de un radio comunicador instalado en el casco.

Running back: Su labor es ganar yardas por la vía terrestre. Para lograrlo tiene que sostener el balón que le entrega el quarterback y correr siguiendo el bloqueo de sus compañeros, especialmente de los de la línea ofensiva.

Wide receiver: Es el jugador que más veces atrapa el balón lanzado por el quarterback. Son tipos muy altos, rápidos y con las manos más seguras.

Tight end: Es una mezcla entre un wide receiver y un línea ofensiva. Es decir, puede correr y atrapar el balón, o ayudar con bloqueos al ataque de carrera.

Center: Es el ancla de la línea ofensiva. Se encarga de proteger al quarterback y abrir caminos a los corredores. El center entrega el balón directamente al quarterback en cada jugada.

Guard: Hay dos guards en la línea ofensiva y juegan en cada flanco del center. Son jugadores muy pesados y fuertes, que deben ser muy efectivos en el ataque terrestre.

Tackle: También hay dos tackles, uno en cada extremo de la línea ofensiva. Aunque sus bloqueos también ayudan a los corredores, su misión principal es proteger a los quarterbacks.

Defensa

Defensive end: Se alinean frente a los tackles ofensivos y tratan de placar al quarterback en situaciones de pase.

Defensive tackle: Suelen ser los hombres más fuertes en el campo. Son dos, juegan codo a codo y ocupan el centro de la línea defensiva. Su misión es frenar a los corredores, pero los mejores también son capaces de presionar a los quarterbacks.

Linebacker: Normalmente son tres y juegan detrás de la línea defensiva o frontal. Son atletas muy rápidos porque deben cazar a quienquiera que traiga el balón: corredores, receptores, tight ends y, por supuesto, a los quarterbacks.

Cornerback: Se encargan de defender a los wide receivers. Puede haber dos o hasta tres en el campo, según el número de receptores que use la ofensiva. Deben ser muy rápidos.

Safety: Juegan dos y se encargan de la zona profunda del campo. Algunos juegan como híbridos y se mezclan entre los linebackers. Uno de ellos normalmente se encarga del tight end y el otro ayuda a los cornerbacks con los receptores más rápidos o peligrosos.

Equipos especiales

Kicker: Intenta los field goals y puntos extra. También hace los kickoffs o patadas de salida para arrancar un juego o después de un touchdown.

Punter: Se encarga de las patadas de despeje en cuarto down.

Kick/punt returner: Su trabajo es atrapar las patadas y regresarlas la mayor cantidad de yardas posibles para dejar en mejor posición a la ofensiva.

EL IMPACTO DE LA PANDEMIA

De cara a la temporada 2020, la NFL, junto con la Asociación de Jugadores de la liga (NFLPA), estableció un grupo de asesoramiento médico de COVID-19, compuesto por varios expertos para desarrollar protocolos de seguridad de los jugadores durante la pandemia, lo cual incluye detección y pruebas; aislamiento; tratamiento y manejo; desinfección y equipamiento; regreso a la participación y aclimatación. Estos protocolos han sido revisados por expertos en enfermedades infecciosas y en salud pública, así como líderes estatales y locales en las comunidades de los equipos. Antes de reabrir las instalaciones al personal, los clubes tuvieron que cumplir con ciertos requisitos, como capacitación sobre higiene y seguridad COVID-19 de cada empleado, y también crear algunos puestos nuevos, como un equipo de respuesta infecciosa y un oficial de control de infecciones.

Para que los jugadores pudieran regresar a las instalaciones e iniciar sus entrenamientos, los clubes tuvieron que implementar nuevos protocolos, incluida la creación de un plan de respuesta de emergencia para enfermedades infecciosas, así como un programa de educación personal y familiar para los jugadores.

A finales de julio, la NFL aprobó la aplicación de pruebas PCR diarias para detectar coronavirus, la cancelación de la pretemporada y reducir el número de jugadores en los training camps, de 90 a 80, todas demandadas por la NFLPA. Otro acuerdo al que llegaron liga y sindicato fue la opción que tienen los jugadores de no participar en la temporada 2020 debido a la pandemia. El equipo con más casos son los New England Patriots, con ocho jugadores que decidieron parar esta campaña. Un jugador aún puede optar por no participar si tiene una condición de alto riesgo o si un miembro de su familia muere o es hospitalizado por COVID-19. Aquellos que optaron por no jugar y no son considerados de alto riesgo recibirán 150,000 dólares, mientras que para quienes sean de alto riesgo (cáncer; enfermedad renal crónica, afecciones cardíacas, anemia, diabetes, asma, hipertensión, etc.), la compensación es de 350,000 dólares.

La mayoría de los equipos jugarán con estadios vacíos, y en aquellas ciudades en las que las autoridades locales permitan a los aficionados asistir a los partidos, el aforo máximo será del 20%. De momento, solo Indianapolis Colts, Dallas Cowboys, Cincinnati Bengals, Cleveland Browns, Jacksonville Jaguars, Kansas City Chiefs y Miami Dolphins pretenden recibir fans estas primeras semanas. Otros equipos, como Washington Football Team y Chicago Bears, han anunciado que no recibirán aficionados durante todo el año. La mayoría de equipos, por su parte, evaluarán semana a semana cuándo será el momento de abrir las puertas de sus estadios. El uso de mascarilla para entrar a los estadios es obligatorio. NFL, bienvenida a la "nueva normalidad".

Tampa Bay, de la mediocridad a ser candidatos

No pintaban bien las cosas para los Buccaneers. Los de Tampa Bay llevan sin ganar su división y llegar a los Playoffs desde 2007. Su apuesta por Jameis Winston resultó ser un fracaso. La llegada el año pasado del entrenador Bruce Arians tras unos buenos años en Arizona evidenciaba las intenciones de Tampa Bay de aspirar a cotas altas, pero el equipo necesitaba un salto de calidad. Y de qué manera han dado un paso adelante. Tras 20 años en los New England Patriots, Tom Brady se unía a los Buccaneers como agente libre. El mejor jugador de la historia, ganador de seis anillos, con una infinidad de récords a sus espaldas, cambiaba por primera vez de equipo a los 43 años en una decisión que, pese a que venía rumoreándose desde hace tiempo, dejó perpleja a la liga entera. Los equipos de Brady han peleado por ganar todo año tras año, y si el quarterback tomó la decisión de abandonar a Bill Belichick para aterrizar en Tampa Bay, será por algo. Y no lo hizo solo. Le acompañó su fiel escudero Rob Gronkowski. El tight end se retiró en 2019 después de ganar su tercer anillo, muy castigado por las lesiones. Una temporada después, 'Gronk' vuelve al verde diciendo sentirse muy bien físicamente, listo para ir a por un anillo más y agrandar su leyenda junto a la de Brady. Junto con O.J. Howard, renovado un año más, la posición de tight end queda perfectamente cubierta. Pero eso, por si fuera poco, no es todo. Los Buccaneers pescaron en río revuelto, y firmaron a Leonard Fournette tras ser cortado por los Jacksonville Jaguars. El running back, número cuatro en el Draft de 2017, sembró dudas sobre su nivel en Jacksonville (pese a ser el sexto corredor con más yardas de carrera el año pasado, 1.152), especialmente por la poca cantidad de touchdowns conseguidos (3 el año pasado, 17 en 36 partidos de su carrera). Ahora, a sus 25 años, Fournette tiene una oportunidad inmejorable para acallar las críticas. Además, los Bucs consiguieron retener a piezas clave de su defensa con las renovaciones de Ndamukong Suh, Shaquil Barrett y Jason Pierre-Paul. Uno de los equipos que mejor se ha movido este verano, y al que habrá que seguir con detalle.

El baile de los quarterbacks

La sorprendente decisión de Tom Brady no fue el único cambio en la posición de quarterback en la liga. Algunos se produjeron fruto de este movimiento, como es el caso de Cam Newton. El MVP de la temporada regular en 2015 abandona los Carolina Panthers tras nueve años en sus filas para ocupar el hueco que deja Brady en los New England Patriots. A Newton le persigue la sombra de las lesiones, que le han impedido ser el mismo. Su hombro derecho le lleva lastrando varios años, y la temporada pasada sólo jugó los dos primeros partidos, hasta que terminó por dañarse seriamente su pie izquierdo. Si alguien puede recuperar al mejor Cam ese es Bill Belichick, que ya ha declarado estar gratamente sorprendido por el trabajo e interés que muestra el jugador. Siguiendo este efecto dominó, los Panthers encontraron en Teddy Bridgewater a su nuevo líder del ataque. El quarterback sufrió una gravísima lesión de ligamentos en 2016 por la que a punto estuvo de retirarse. Volvió un año y medio después, pero nunca un equipo había vuelto a apostar por él de verdad. El año pasado, siendo suplente en los New Orleans Saints, Bridgewater ganó los cinco partidos que jugó como titular, demostrando que todavía tiene algo que decir en la NFL. Este círculo se cierra con Jameis Winston, número uno del Draft de 2015, que abandona los Bucs de Brady para ocupar el puesto de suplente que ocupaba Bridgewater en los Saints. El segundo jugador elegido en ese mismo Draft, Marcus Mariota, cambia los Tennessee Titans por Las Vegas Raiders, donde intentará pelearle el puesto a Derek Carr.

Otro sorprendente cambio de aires es el de Philip Rivers, que deja después de 16 temporadas Los Angeles Chargers para unirse a unos Indianapolis Colts que se quedaron huérfanos el año pasado, cuando Andrew Luck se retiró. De esta manera, los Colts consiguen un veterano (38 años) y fiable quarterback, que ha sido elegido ocho veces para la Pro Bowl. Por último, dos jugadores que han sido MVPs de la Super Bowl también jugarán en un nuevo equipo este año. Nick Foles deja los Jaguars para unirse a los Chicago Bears, en los que peleará con Mitchell Trubisky por el puesto de titular, y Joe Flacco, ahora apartado por problemas de cuello y lejísimos de su mejor nivel, es nuevo jugador de los New York Jets.

Jóvenes que apuntan alto

El Draft de 2020 estuvo cargado de talentosos jugadores que pueden convertirse en estrellas de la liga. El más destacado de ellos es Joe Burrow, quarterback de LSU seleccionado en el primer puesto por los Cincinnati Bengals. La franquicia del tigre, que sólo ganó dos partidos la temporada pasada, necesitaba urgentemente reforzar esa posición dado el pobre nivel de Andy Dalton últimamente. Y no dudaron en elegir a Burrow, que dejó un 2019 para la historia a nivel universitario. Ganador del Trofeo Heisman, el equivalente al MVP en college, llevó a su equipo a ganar la NCAA, en parte gracias a sus 60 pases de touchdown durante el año, récord absoluto de la categoría.

Siguiendo con franquicias que apostaron por quarterbacks en su primera elección del Draft, los Miami Dolphins seleccionaron en quinto lugar a Tua Tagovailoa, de Alabama. El hawaiano llega a la NFL con muy buenas referencias, pero una grave lesión de cadera que le hizo perderse gran parte del último año siembra dudas en torno a él. A continuación, Los Angeles Chargers encontraron con la sexta elección al que desean que sea el futuro sustituto de Rivers, Justin Herbert. El jugador salido de Oregon deberá pelear la titularidad en su primer año, ya que todo apunta a que los Chargers apostarán de primeras por Tyrod Taylor. Pero, sin lugar a dudas, la elección sorpresa de la primera ronda fue la de los Green Bay Packers, que en el número 26 seleccionaron de Utah State al quarterback Jordan Love. Este movimiento aumenta las sospechas sobre los planes de Green Bay de desprenderse en un futuro próximo de Aaron Rodgers, su jugador franquicia.

Fuera de la posición de quarterback, el jugador de este Draft llamado a estar entre los mejores de la liga es Chase Young, defensive end elegido por Washington Football Team en el segundo puesto. En su último año universitario, Young rompió el récord de sacks en una temporada de Ohio State (16,5). Además, fue finalista en el Trofeo Heisman, algo muy poco frecuente en los jugadores defensivos. En la tercera posición, Jeff Okudah, también de Ohio State, refuerza la posición de cornerback en los Detroit Lions, debilitada tras la marcha de Darius Slay. Dos wide receiver destacaban sobre el resto: Jerry Jeudy, elegido en el número 15 por los Denver Broncos, y Cedee Lamb, a los Dallas Cowboys en el puesto 17. Pese a ello, el primer receptor en ser elegido fue Henry Ruggs III con el número 12 por Las Vegas Raiders. Otro jugador al que echarle un ojo es Clyde Edwards-Helaire, que llega a los vigentes campeones, Kansas City Chiefs, para ser su running back titular.

Movimientos fuera del campo

No todo en el verano de la NFL son cambios de jugadores. En esta pretemporada, varios aspectos de la liga han variado, y habrá que acostumbrarse a ellos. Uno de los que más ruido ha hecho ha sido el caso de Washington. La franquicia de Dan Snyder, en la cuerda floja tras destaparse acosos sexuales de empleados hacia trabajadoras del equipo, cambió su nombre de Redskins, vigente desde 1933. Esto se debe a las connotaciones ofensivas de este término hacia los nativos americanos. La ola de reivindicaciones raciales en Estados Unidos puso uno de sus focos en el equipo de la capital, los patrocinadores presionaron, y finalmente la franquicia decidió cambiar su denominación por la de Washington Football Team, nombre que será provisional durante este año. Además, el equipo contrató a Jason Wright como presidente, siendo la primera persona de raza negra que ocupa un puesto de tal calibre en una liga acostumbrada a ver blancos en los despachos.

Otro cambio al que costará acostumbrarse es el de los Raiders. Los piratas abandonan Oakland, ciudad en la que llevaban desde 1995 (también estuvieron ahí entre 1960 y 1981) para convertirse en el primer equipo de Las Vegas en la historia de la liga. Los tres veces campeones de la Super Bowl disputarán sus partidos en el impresionante Allegiant Stadium, construido para la ocasión. No será el único estadio que se estrene este año. Por fin, después de varios años jugando en otras localizaciones, Los Angeles Chargers y Los Angeles Rams podrán disputar sus partidos en su nueva casa compartida y definitiva, el moderno SoFi Stadium. El recinto costó casi 5.000 millones de dólares, tiene capacidad para 70.000 espectadores y albergará la ceremonia de apertura y de clausura de los Juegos Olímpicos de 2028.

En los banquillos también hay novedades, y son cinco los equipos que tienen nuevo entrenador, alguno es un viejo conocido, otro no tanto: Joe Judge (New York Giants), Mike McCarthy (Dallas Cowboys), Matt Rhule (Carolina Panthers), Ron Rivera (Washinton Football Team) y Kevin Stefanski (Cleveland Browns). Además, hasta ocho franquicias tendrán nuevas equipaciones este año: Los Angeles Rams (nuevo logo incluido), Atlanta Falcons, New England Patriots, Cleveland Browns, Washington Football Team (también con nuevo logo), Indianapolis Colts, Los Angeles Chargers (con nuevo logo) y Tampa Bay Buccaneers.

Más cambios importantes

Son muchos los movimientos realizados durante esta pretemporada que pueden resultar determinantes a lo largo del año. Dos de los mejores wide receiver de la liga han cambiado de aires: DeAndre Hopkins fue traspasado desde los Houston Texans a los Arizona Cardinals a cambio del corredor David Johnson, muy mermado por las lesiones, y un intercambio de picks. Desde que entró a la NFL en 2013, Hopkins es el segundo jugador con más recepciones de touchdown (54), y tercero en recepciones (63) y yardas de recepción (8.602). Es el segundo jugador más joven en llegar a las 600 recepciones y el tercero en alcanzar las 8.000 yardas de recepción en la historia de la liga. El segundo receptor traspasado fue Stefon Diggs, jugador que ha superado las 1.000 yardas de recepción los dos últimos años y que pasa de los Minnesota a Vikings a los Buffalo Bills, quienes necesitaban urgentemente reforzar esa posición a cambio de una primera ronda y otras elecciones varias. Además, toda una leyenda ofensiva como es el corredor Adrian Peterson ha encontrado en los Detroit Lions a su nuevo equipo después de ser cortado por Washington.

También varias defensas se han visto reforzadas. Uno de los culebrones de este verano fue el del defensive end Jadeveon Clowney, número uno del Draft 2014, que estuvo cinco meses sin equipo. El jugador se negó a renovar con los Seattle Seahawks y, finalmente, encontró en los Tennesse Titans un nuevo acomodo. Otro culebrón fue el de Jamal Adams, safety de los New York Jets elegido para la Pro Bowl en dos de sus tres años en la liga, traspasado a los Seattle Seahawks a cambio de un buen botín: dos primeras rondas.

Kansas City Chiefs

Es obligatorio tener en cuenta a los vigentes campeones, y es que además son muy favoritos. Y no lo digo yo, lo dicen las apuestas, que colocan a Kansas como el principal candidato a ganar la Super Bowl LV (4-1). Los Chiefs buscan repetir algo que sólo ha pasado ocho veces en la historia y que no ocurre desde que lo hicieran los Patriots en 2003: ganar dos veces seguidas el Trofeo Lombardi. Para ello, Kansas ha mantenido a 20 de los 22 titulares que jugaron la Super Bowl durante la agencia libre. Dieron a su estrella, Patrick Mahomes, el mayor contrato de la historia de la NFL, y seguirá rodeado de grandes jugadores como Tyreek Hill o Travis Kelce, a quien también renovaron. La posibilidad que tenían los jugadores de no jugar este 2020 por la pandemia hizo que un protector de Mahomes, el canadiense Laurent Duvernay-Tardif, decidiese saltarse este año para seguir ejerciendo de médico. También el corredor titular y factor clave en la última Super Bowl, Damien Williams, será baja este año por ese mismo motivo. Por ello, los Chiefs draftearon a Clyde Edwards-Helaire en primera ronda para suplir a Williams. Kansas, bajo las órdenes de la leyenda de los banquillos Andy Reid, busca su sexta temporada consecutiva con más de 10 victorias y, por qué no, el que sería el tercer anillo de su historia.

San Francisco 49ers 

Si tenemos en cuenta a los campeones, también debemos fijarnos en el equipo que estuvo a seis minutos de sumar su sexto Trofeo Lombardi. Pasaron de las cuatro victorias de 2018 a las trece de 2019, y ahora parecen listos para mantener ese gran nivel. Los mineros también perdieron a pocas piezas clave del verano, y todas fueron sustituidas: El defensive tackle DeForest Buckner fue reemplazado por Javon Kinlaw (14ª selección en el Draft), el receptor Emmanuel Sanders fue cambiado por Brandon Aiyuk (25ª elección), y al retirado left tackle Joe Staley le sustituye otro futuro Hall of Famer, Trent Williams. Con una defensa que asusta, liderada por el veterano Richard Sherman, Nick Bosa (que en su segundo año en la liga ya es uno de los mejores en su puesto), Kwon Alexander y Arik Armstead, San Francisco seguirá siendo un problema para los ataques rivales. Su ofensiva sigue teniendo como hombres clave al quarterback Jimmy Garoppolo, el tight end George Kittle, el mejor en su puesto (con permiso de Kelce), y los corredores Raheem Mostert (al que fue difícil mantener) y Tevin Coleman, que son las mejores armas del entrenador Kyle Shanahan, todo un gurú ofensivo. Quizás su mayor laguna sea la misma del año pasado: la posición de wide receiver. Deebo Samuel, grata sorpresa en 2019, arrastra problemas físicos. Además, el camino de los 49ers será complicado, ya que pertenecen a la NFC West, probablemente la división más dura de la liga (también están Seahawks, Cardinals y Rams), y tienen el cuarto calendario más complicado según la estadística 'strength of schedule'.

Baltimore Ravens

Uno de los equipos más divertidos para el espectador. Nadie ganó más partidos en la temporada que los Ravens el año pasado (14), y en sus filas está el MVP de aquella temporada: Lamar Jackson. El quarterback silenció a todos sus críticos y demostró ser capaz de liderar un gran proyecto. La inesperada derrota en su primer partido de Playoffs ante los Tennessee Titans fue un duro palo para el equipo, que ahora espera estar a la altura a la hora de la verdad. Son los segundos favoritos en las apuestas de Las Vegas (7-1), y tienen razones para ello. A Lamar Jackson se le suma el corredor Mark Ingram, y juntos forman una doble amenaza terrestre que el año fue la principal protagonista de las 3.296 yardas de carrera conseguidas, récord en la historia de la liga. Por si no fuera poco, añadieron en la segunda ronda del Draft al también corredor J.K. Dobbins. Queda por ver si la retirada del guard Marshal Yanda afecta en demasía al ataque. La defensa, que ya era fuerte el año pasado, ha pegado un salto de calidad en su front seven con las incorporaciones de Calais Campbell y Derek Wolfe. Pese a la baja de Earl Thomas, los de Baltimore no deberían resentirse, y están preparados para otro año de espectáculo protagonizado por Lamar Jackson. Además, los cuervos tendrán en esto 2020 el calendario más fácil según el 'strength of schedule', y viajarán menos distancia que cualquier otro equipo (6.292 millas, mientras que Seattle, el equipo que más, 28.878 millas).

Tampa Bay Buccaneers

Tienen a Tom Brady. ¿Es necesario decir algo más? Ha demostrado que a sus 43 años está mejor físicamente que muchos veinteañeros de la liga. Y ansía su séptimo anillo. Con seis ya tiene más que nadie, pero el instinto competitivo del mejor jugador de la historia no está alcance de los humanos. Los de Florida quieren estar la Super Bowl LV, que se disputará en su hogar, el Raymond James Stadium, y romper la maldición por la que ningún equipo ha llegado a una Super Bowl en su estadio (obviamente tampoco la ha ganado). Para ello, han rodeado a Brady de un proyecto ganador. Tiene al lado, de nuevo, a Rob Gronkowski, que vuelve tras un año fuera de los terrenos de juego. En el backfield tendrá corriendo a Leonard Fournette. Como armas aéreas, Brady cuenta con Mike Evans y Chris Goodwin, dos receptores de muchos quilates. Junto con una defensa sólida, ahora queda por ver cómo encaja este cóctel que dirigirá Bruce Arians. 

Equipos que aspiran a todo

Normalmente, las predicciones que se hacen antes del comienzo de la NFL son papel mojado pasadas unas semanas. Equipos que apuntan alto pueden desinflarse por una sola lesión, y franquicias tapadas pueden asomar la cabeza sin nadie esperarlo. Este segundo caso fue, más o menos, lo que les pasó el año pasado a los Tennessee Titans, que liderados por un sorprendente Ryan Tannehill y por Derrick Henry, uno de los mejores corredores de la liga, llegaron hasta la Final de Conferencia. Este año habrá que tener más cuidado con ellos desde el principio.

Como también favoritos parten los New Orleans Saints de Drew Brees, quarterback de 41 años que es tiene los récords de más yardas de pase (77,416), touchdowns lanzados (547), pases completados (6,867) y porcentaje de envíos completados (67.6%) en la historia de la NFL. En el que, seguramente, sea el último año de Brees, estará a su lado Michael Thomas, el mejor receptor del momento, que el año pasado batió el récord de más pases recibidos en una temporada (149). Finalmente, los Saints han podido mantener al corredor Alvin Kamara, pieza clave del equipo, y en la agencia libre consiguieron a dos grandes jugadores como son Malcolm Jenkins y Emmanuel Sanders.

El 'Equipo de América', como se conoce a los Dallas Cowboys, vuelve a estar entre los aspirantes, aunque durante pasadas temporadas también lo estuvo y se acabó dando un batacazo. Despidieron a su entrenador Jason Garrett, la eterna promesa de los banquillos, para contratar al veterano Mike McCarthy. Sus actores principales siguen siendo prácticamente los mismos: Dak Prescott liderando, Ezekiel Elliott corriendo y Amari Cooper, Michael Gallup y el rookie Cedee Lamb formando un potente cuerpo de receptores. Mucho ojo también con otras franquicias como los Buffalo Bills, que siguen teniendo unas de las líneas (ofensiva y defensiva) más fuertes de la liga y han añadido talento como el de Stefon Diggs. Y, como es lógico, tampoco hay que perder de vista a otros equipos que llevan temporada tras temporada optando a todo, como es el caso de Seattle Seahawks, Green Bay Packers, Minnesota Vikings y, cómo no, New England Patriots, que dependerán del nivel que muestre Cam Newton, pero es que, pese a haber perdido a Tom Brady, siguen teniendo a Bill Belichick. Y ya saben, y por si no lo saben apunten esta lección que es de primero de NFL: nunca se puede descartar a un equipo de Belichick.

1. Patrick Mahomes 

Es, seguramente, el mejor jugador de la liga. Así se lo ha hecho saber su equipo con el pedazo contrato que le ofrecieron y firmó. En sólo tres años en la NFL (los dos últimos como titular), Mahomes se ha ganado el respeto y admiración de todo el mundo. A sus 24 años es el más joven de la historia en haber ganado el MVP de la temporada regular, el de la Super Bowl, y un anillo. La retahíla de récords conseguidos por el quarterback de los Chiefs es muy extensa. Su potente brazo, con el que completa con éxito pases muy profundos, la agilidad en los pies y la buena toma de decisiones junto con su inestimable liderazgo hacen que todas las defensas tiemblen cuando está Mahomes en frente.

2. Lamar Jackson

El caso de Jackson es similar al de Mahomes. Quarterback muy joven (23 años) que en su segundo año con los Baltimore Ravens reinó en la NFL para coronarse como MVP de la temporada regular, el más precoz de la historia a los 22 años. Tras un dudoso primer año en la liga que le hizo ganarse muchas críticas, en las que se ponía en duda si era un quarterback o un running back, Jackson las silenció a base de exhibiciones en 2019. Rompió el récord de más yardas de carrera por un quarterback durante un año (1.206) y consiguió más pases de touchdown que nadie (36). El no saber qué hará, si correr él mismo o pasar la bola, faceta que ha mejorado exponencialmente, es su principal virtud.

3. Christian McCaffrey

El joven corredor de los Carolina Panthers (24 años) viene de consagrarse en 2019 como uno de los mejores running back de la NFL. Si bien cumple a la perfección con el trabajo que se le presupone, el de correr (en 2019 fue el tercer jugador con más yardas de carrera, 1.387, y más touchdown, 15), la principal arma de McCaffrey es su versatilidad. Tiene la capacidad de recibir el balón como si fuera un receptor. En 2019 sumó 116 recepciones, el segundo mejor dato de toda la liga. En total, entre carrera y recepciones, McCaffrey consiguió 2.392 yardas, estadística sólo superada dos veces en la historia. Con un equipo que jugará para él este año, el corredor será uno de los grandes atractivos de la temporada.

4. George Kittle

Cuando Rob Gronkowski (que ahora está de vuelta) abandonó la NFL, dejando la posición de tight end sin demasiadas estrellas, surgió George Kittle. El de los San Francisco 49ers es, junto con Travis Kelce, el mejor en su puesto. En 2018 batió el récord de más yardas de recepción por un tight end en una temporada (1.377), y en tres años en la liga ha conseguido más recepciones (216) y yardas (2.945) que nadie en la historia. Además, Kittle cuenta con una cualidad muy valiosa: su excelente capacidad para bloquear defensas cuando el equipo corre. Todo esto hace que este jugador sea un arma valiosa en manos del ataque de Kyle Shanahan, del que se ha convertido en su auténtico líder, también por el carisma que desprende.

5. Aaron Donald

No todo es ataque en la NFL. Las defensas pueden ganar campeonatos (que se lo digan a los Denver Broncos de Peyton Manning). Y el mejor, con permiso de Khalil Mack, en las trincheras defensivas es Aaron Donald. El defensive tackle de Los Angeles Rams es un verdadero dolor de cabeza para las líneas ofensivas, y una continua amenaza para el quarterback rival. Lleva tres años seguidos superando los 10 sacks por temporada, y en sus seis años en la liga siempre ha superado las 8 capturas al quarterback. Es una delicia para el espectador ver los movimientos de Donald, que no parece pesar 125 kilos, y cómo se evade de la línea ofensiva para dar caza a los jugadores rivales.

6. Michael Thomas

En el debate sobre quién es el mejor wide receiver de la NFL casi nunca hay unanimidad. Nombres como el de Julio Jones o DeAndre Hopkins siempre salen a la palestra, pero quien lleva tiempo haciendo méritos para ser el mejor es Michael Thomas. El mejor aliado de Drew Brees en los New Orleans Saints es este receptor, que no se ha cansado de batir récord desde su llegada a la liga: suma 5.512 yardas en sus primeros cuatro años de trayectoria, más que nadie en la historia, y en todas ha superado las 90 recepciones, algo que nadie ha hecho nunca. Además, en 2019 fue nombrado Jugador Ofensivo del Año, gracias en parte a sus 149 recepciones, récord histórico. La continua presencia que tiene Thomas en los partidos de los Saints, sus ágiles manos y su influencia en el juego, hacen obligatorio seguir al receptor.

7. Derrick Henry

El principal culpable de los éxitos que consiguieron los Tennessee Titans el año pasado fue su running back, Derrick Henry, al que le confían todo su ataque. Después de unos primeros años con dudas, el corredor se ha convertido en uno de los más destacados en su posición, demostrando ser capaz de coger las riendas de una franquicia. Su portentoso físico salta a la vista (1,90 metros y 112 kilos), y es capaz de arrasar con todo lo que se le pone por delante. El año pasado lideró la liga en yardas de carrera (1.540) y touchdowns terrestres (16). Un jugador muy a tener en cuenta en un equipo, los Titans, que cada año va a más.

8. Stephon Gilmore

Un veterano que el año pasado fue la piedra angular de la defensa de los New England Patriots, la mejor de la NFL en yardas permitidas. Y esta temporada, a falta de Tom Brady, el cornerback Stephon Gilmore seguirá siendo vital para los de Bill Belichik. Viene de conseguir los mejores datos de sus ocho años de carrera en 2019: lideró la liga en pases defendidos (20) e intercepciones (6, dos de ellas acabaron en touchdown), lo que le valió para ser nombrado Jugador Defensivo del Año. Gilmore ha demostrado poder anular a los mejores receptores de la liga, y su mera presencia hace que los quarterbacks se piensen dos veces el lanzar el balón a su zona.

9. T.J. Watt

El apellido Watt lleva generando pánico a los ataques desde que, en 2011, J.J. Watt entró en la liga. Con J.J. algo lastrado por las lesiones es su hermano menor, T.J. Watt, quien le da el relevo como estrella de la liga. El linebacker de los Pittsburgh Steelers lleva dos de sus tres temporadas a un nivel monstruso, siendo ya uno de los mejores 'pass rushers' de la NFL. En 2019 se apuntó más sacks que nadie en su conferencia (14,5), y consiguió forzar más fumbles que cualquier otro jugador (8). De esta manera, T.J. Watt liderará la defensa de unos Steelers demasiado irregulares durante las pasadas temporadas.

10. Tom Brady

Puede parecer rara la inclusión de Brady en este listado, lleno de jugadores jóvenes o que vienen de años de récord. Pero es que estamos hablando del mejor jugador de la historia, y no en un año cualquiera. Después de 20 temporadas en los Patriots, Brady jugará con otro equipo, los Buccaneers. Además, lo hará con 43 años. Si bien es pecado dudar del quarterback, a buen seguro estará bajo lupa este año para evaluar si ha acertado o se ha equivocado en su decisión. Es por eso que se puede considerar un jugador a seguir pese a su más que demostrada fiabilidad. La lista de récords que ha conseguido Tom Brady a lo largo de dos décadas es sencillamente escandalosa, pero su legado se puede resumir en dos palabras: seis anillos. Más que nadie en la historia. Y ahora busca el séptimo, por primera vez en una nueva franquicia.


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