Una vez que el asesinato de George Floyd enardeció a las masas por la incesante injusticia social en Estados Unidos, al presionar Derek Chauvin —uno de los oficiales que llegó a la escena en Minneapolis tras un reporte de un pago con un billete de 20 dólares falso— sobre el cuello de Floyd, comenzaron a circular las imágenes, y desbordaron los textos y anotaciones sobre la importancia del moviendo de Colin Kaepernick en la NFL. El tono era de arrepentimiento. "Lo que se pudo evitar si se le hubiera escuchado", rezaban algunos de los mensajes.
Desde la pretemporada de 2016, el mariscal de campo se separó del equipo y permaneció sentado durante la entonación del himno nacional. Sin ninguna cámara de frente, pasando desapercibida la acción, el pasador pasó a la banca. Después de charlarlo con Nate Boyer, exjugador de NFL y Boina Verde, el mariscal de campo inició a arrodillarse durante el himno nacional en señal de protesta por la brutalidad policial a la comunidad afroestadounidense.
Durante su candidatura a las elecciones de Estados Unidos, Donald Trump, ahora presidente, se desató contra Kaepernick y contra quienes lo secundaron, pidiendo que se fuera del país y etiquetando sus acciones como antipatrioticas. Brandon Marshall, por ejemplo, entonces linebacker de los Broncos, se quedó sin patrocinios después de protestar pacíficamente.
Al final de la temporada, el mariscal de campo optó por salir del equipo con el que jugó el Super Bowl en la campaña de 2012. Kaepernick se convirtió en agente libre. Desde entonces permanece fuera de los emparrillados.
Entre los diversos textos que circularon en los diarios e inundaron los medios web esta primavera y verano sobre Kaepernick, fue el artículo de opinión para CNN de Joe Lockhart, exvocero de la NFL, el que marcó lo que se creía un parteaguas en la búsqueda de Kaerpenick por volver al football profesional: "Ningún equipo quería firmar a un jugador —incluso a uno tan talentoso como Kaepernick— a quien veían como controversial, y, por lo tanto, malo para el negocio", escribió.
Por la relevancia del puesto de Lockhart, el escrito trascendió, a la par que los atletas, incluso externos a la NFL como LeBron James, hicieron un llamado para que se le diera una segunda oportunidad a Kaepernick.
En varios clubes se pronunció su nombre durante esos meses. "Le debemos mucho a él", comentó Pete Carroll, entrenador de Seattle Seahawks. Sheila Ford Hamp, dueña de Detroit Lions, puntualizó abiertamente: "Si nuestros entrenadores y nuestro gerente general creen que es una buena idea traerlo, apoyaré completamente la decisión". El estratega Anthony Lynn, uno de los tres dirigentes negros en la liga, aseguró que Kaepernick "encaja con el quarterback para el sistema que estaremos utilizando".
En junio, un reporte de Michael Silver, de NFL Network, expuso que "varios equipos" estaban interesados por el pasador. Pero, con sus fuentes en anonimato, incluida la petición de un entrenador, según el reportero, jamás se supo quiénes eran los interesados.
A Colin Kaepernick se le ha comparado con una versión moderna de los activistas más visibilizados e importantes en la lucha por los derechos civiles como Rosa Parks o Muhammad Ali. Se ha dicho que su acto ha repercutido de forma similar al puño en alto, representativos del Black Power, de John Carlos y Tommie Smith encima del podio en los Juegos Olímpicos de 1968.
Los comparativos con Kaepernick no han cesado, pero tampoco lo ha hecho su espera por volver a la NFL. "He estado listo, así me mantengo y seguiré estándolo. Díganle a los dueños que no tengan miedo", pidió el pasador a los asistentes de su entrenamiento emergente en Georgia este año. El buzón de voz de Jeff Nalley, su agente, sigue sin mensajes de ofertas.
"Según una fuente con conocimiento de la situación, hubo algo de interés 'falso' inmediatamente desusé de la muerte de [George] Floyd, aparentemente sin culpa. No se ha mostrado interés por Kaepernick 'en meses'", compartió Mike Florio, de Pro Football Talk, este lunes.
La narrativa ha cambiado ahora sobre la situación de Kaepernick, y hasta Trump se pronunció a favor de su regreso a la liga. Pero sin ofertas de los clubes, el mariscal de campo, que tiene entrenamientos diarios, verá cómo inicia el cuarto calendario consecutivo este jueves sin tener su lugar en una plantilla.
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