Después de alcanzar el AFC Championship Game por primera ocasión desde 2002, los Titans confirmaron que la dupla de mariscal de campo-corredor con la que atacaron y dominaron diciembre y una parte de enero es la receta en la que confían.
Una vez en tiempos de agencia libre, la organización de Nashville aseguró primero a su quarterback a un contrato de cuatro temporadas y 118 millones de dólares. Ryan Tannehill llegó a Tennessee después de seis años en Miami y reencaminó su carrera profesional. En 10 partidos que inició como titular, desbancando a Marcus Mariota, terminó con marca de 7-3, completando el 70.3% de sus envíos para 2,742 yardas, 22 pases de anotación y seis intercepciones. En su séptima campaña como profesional, Tannehill fue líder de la NFL en yardas por pase completado (13.6) y rating de pasador (117.5).
A pesar de su gran esfuerzo y el primer nombramiento al Pro Bowl en su carrera, Tannehill no fue el más destacado en el equipo, sino su compañero Derrick Henry, líder de la NFL con 1,540 yardas y 16 anotaciones, promediando 102.7 yardas por partido. Después de aplicársele la etiqueta de Jugador Franquicia, el egresado de Alabama renegoció un contrato de 50 millones de dólares por cuatro años el 15 de julio, fecha límite para extensión de contratos a los jugadores etiquetados.
El liderato de Henry, además, llegó en la recta final de la temporada para cerrar el calendario 5-1. En sus últimas seis actuaciones de la campaña el corredor hizo 896 yardas, 149.3 por cada partido como media, y anotó 10 touchdowns.
En los primeros dos juegos de postemporada, ante New England y Baltimore, Henry fue la clave para los Titans para seguir avanzando. Con más de 30 toques por encuentro, Henry corrió para 182 y 195 yardas en cada partido, respectivamente, con una anotación terrestre y un pase de seis puntos en una jugada de atracción.
Para conseguir el Super Bowl que tanto desea Mike Vrabel, quien se comportó a la altura de Bill Belichick, su mentor, en los playoffs, la receta será la misma en la Ciudad de la Música: correr y los pases de atracción. Para ello gastaron 28.5 millones de dólares de su espacio salarial en dos jugadores.
Por otro lado, el receptor AJ Brown lució como un arma segura para Tannehill en la campaña al atrapar 52 pases para 1,051 yardas y ocho anotaciones, así como una anotación por tierra. Egresado de Mississippi en la segunda ronda del draft 2019, Brown tomará mayor relevancia en el equipo tras la liberación del TE Delanie Walker.
Una de las bajas más importantes, la del tacle ofensivo Jack Conklin, el equipo intentó paliarla con el reclutamiento del liniero Isaiah Wilson, de Georgia. Además, en Vic Beasley encontraron una pieza importante para la zona media de la defensa ahora que intentan conseguir su primer banderín divisional desde 2008.
Tennessee Titans
División AFC Sur
Récord en 2019: 9-7
Estadio: Nissan Stadium
Títulos de Super Bowl: 0
Entrenador en jefe: Mike Vrabel
Coordinador ofensivo: Arthur Smith
Coordinador defensivo: Mike Vrabel
Movimientos
Altas
Vic Beasley
Jonathan Joseph
Ty Sambrailo
Bajas
Jack Conklin
Marcus Mariota
Logan Ryan
Jugador a seguir
El football a la antigua está de vuelta en Tennessee. Derrick Henry no solo fue el mejor jugador en la ofensiva de Mike Vrabel durante la campaña 2019, pero también el que respondió en los momentos más importantes para el objetivo colectivo. Con un acuerdo de 25.5 millones de dólares y cuatro años por delante en Tennessee, Henry es en quien los Titans se apoyarán para volver a su dominio absoluto de la última fase del calendario, facilitando el trabajo de Ryan Tannehill.
Leyendas
Pocas veces se dirigen las miradas sobre las acciones de la línea ofensiva. En un deporte en el que el engranaje perfecto facilita el triunfo, los hombres en la línea frontal tienen una tarea particular: defender a los creadores de jugadas para avanzar a como dé lugar en el emparrillado. Eso fue lo que hizo durante 19 temporadas Bruce Matthews para Houston Oilers y, posteriormente, Tennessee Titans: intentar preservar la seguridad de Warren Moon y Steve McNair, con el cambio generacional en la posición. Como producto de su constancia —solo una temporada de las 19 no jugó 16 partidos— y de su entrega física en el campo, Matthews fue invitado 14 veces al Pro Bowl, la máxima cantidad junto a un grupo de jugadores élite (Tony González, Peyton Maning, Merlin Olsen, Tom Brady). También recibió siete nombramientos al primer equipo All Pro y, finalmente, recibió su lugar en Canton al introducírsele al Salón de la Fama en la clase de 2007.
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