Ni la lluvia quiso perderse el regreso de Tom Brady al Gillette Stadium de Foxborough (Massachusetts). La leyenda de la NFL se enfrentaba a los Patriots, que defendió durante 20 años, vistiendo la elástica de los Buccaneers. El héroe de New England que transformó a la franquicia con el peor porcentaje de victorias en el deporte estadounidense acabó siendo villano para los miles de aficionados de Bostón que pagaron 1.400 dólares (1.204 euros) de media por un asiento para la madre de todas las batallas... que tuvo un nudo y un desenlace acorde al preludio.
El veterano quarterback de 44 años fue protagonista de un episodio histórico digno de un buen melodrama de Hollywood. Los vítores y los aplausos en su presentación fueron virando a abucheos contra Brady que mostró a su viejo entrenador, Bill Belichick, como su brazo sigue intacto pese a que el staff de los Patriots sí redujo considerablemente el desempeño que el de California llevaba en esta temporada. Aún así, el ganador de siete anillos de la Super Bowl, MVP de la NFL en tres ocasiones y MVP de la Super Bowl en otras cinco fue clave con varias acciones que le permitieron añadir más récords a su increíble trayectoria.
Un pase que recepcionó Mike Evans en el primer cuarto le permitía alcanzar las 80.359 yardas, superando el mayor registro de yardas por pase por un quarterback que tenía Drew Brees en su etapa en los Saints con 80.358. Brady sumó en total en el partido 269 yardas y el registro en 80.560. Un hito que sumado a los que ya tenía como líder en pases de touchdown (591) y más victorias para un quarterback (233) le hace poseedor de la triple corona.
El GOAT de la NFL sigue con hambre voraz de récords y puso el lazo perfecto al final del cuento con la victoria por 19-17, lo que le permitía además unirse a un selecto club, de ahora cuatro miembros, que han ganado a los 32 equipos de la NFL junto a a Brett Favre, Peyton Manning y Drew Brees. Gloria para Brady que pudo ser menos si Nick Folk no falla un field goal de 51 metros en los segundos finales, pero normalmente el héroe siempre sale triunfante en las películas.
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